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diariodeadolescente

RELATOS

Queridos adolescentes:

Se me ha ocurrido escribir una serie de pequeños relatos. Los dos primeros ya los tenía echos, el resto me los acabo de inventar. Cada mini  relato está separado por una raya. Espero que os guste.


Soñé que era agua. En estado líquido, deslizándandome por una superficie que entonces no pude reconocer. Con un leve sensación de vértigo caía por esa superficie, hasta llegar a un suelo blando. Entonces desperté, y recordé todo lo que había acontezido en le día, en nuestro día. Comprendí que la superficie que en su momento no reconocí eras tú, y que yo era una lágrima.


Entré en aquél lugar abandonado. Caminé un poco en la oscuridad, y vi algo enfrente mío. Sólo distinguía una silueta entre aquella oscuridad, pero me bastó para saber que aquella cosa era horrible. Parecía malvado y tenía pinta de monstruo. Entonces alguién encendióla luz, y comprobé que la silueta era mi reflejo en un espejo. La silueta era yo en todo mi esplendor.


 

Tenía miedo. ¿Por qué tenía tanto miedo? Tenía que recordar algo. Hay algo que debía saber, pero ¿qué? Lo había olvidado todo. Mi vida, mi nombre, todo. Tan sólo sabía que tenía miedo. Y entonces lo ví. Ví al hombre al que había matado, con el cuchillo aun clavado en el corazón. Y sonreí.


Sentía su respiración en mi nuca. Era una respiración agitada, nerviosa. No sabía quiénes eran los hombres que había delante nuestro, pero a él no parecían gustarle. Los hombres no se movieron, pero de repente dejé de oir su respiración, y el brazo que me aferraba disminuyó gradualmente su fuerza hasta que me soltó. Me giré desconcertada, y contemplé el cadaver del hombre al que más quería, a los pies de un hombre como los que me rodeaban. Supe que iba a morir, pero no me importó. Ya me habían matado.


Llovía. Clic Clac Clic Clac. Unos pies se acercaban. La calle estaba desierta, y yo nerviosa. Saqué de mi bolso el objetó más pesado que encontré, un libro, y lo levanté penosamente como defensa, dispuesta a usarlo como arma. Pero la figura cuyo rostro estaba oculto por una capuha agarró el libro con ambas manos y me lo quitó. Yo hice toda la fuerza de la que fui capaz, pero para él aquelllo no era nada.  Seguidamente se quitó la capucha, y contemplé aliviada el rostro de mi novio. Pero mi alivio se adelantó. Dos minuos después volvía sola a casa, de espaldas al hombre al que había amado.



¿Qué os han parecido? Vale, son algo tétricos, pero, ¿os han gustado?

¿Los habéis entendido? Porque los primeros ya los había enseñado antes, y la gente no los entendía.

1 comentario

Anónimo -

Entiendo todos menos l u'ltimo...pero sera x la hora q es...