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diariodeadolescente

Y

Queridos adolescentes:

Me puso muy contenta leer mis primeros comentarios en el blog. Gracias a mi amiga Helena, por hacerme una valoración tan útil y sincera, y gracias a V (creo que te conozco del msn xD) por alegrarme la tarde de ayer. Tu comentario me hizo muy feliz. y, con 18 años, ¡Claro que eres adolescente! Al menos, eso dice la teoría y mi poca experiencia xD.

Sé que a Helena la gusta cuando escribo.... cómo decirlo.... con sentimiento, así que voy a intentar hacerlo. Pero te advierto que ni tengo mucho tiempo ni quiero dejar salir todo lo que siento, porque luego me arrepentiría.

Hoy voy a hablaros de Y. (Vaya, esto parecen ecuacuaciones xD) A diferencia de en Biología, mi X era un chico. Pues bien, mi Y es una chica. 

Y fue mi mejor amiga. Además, a pesar de que a veces me empeño en negarlo, lo fuimos de verdad. Amistad plena y sincera, amistad que yo no olvidaré... pero que ella ha olvidado.

Podríamos decir que Y es mi amistad de la infancia. Sinceramente, mi amistad con ella no caló tanto como la de X, pero fue una amiga de mi mismo sexo, y en la infancia, algo que X nunca podrá ser.

Cuando éramos pequeñas, ya éramos amigas, pero por diversas circustancias que explicaré en otro momento, no fue mi AMIGA con mayúsculas hasta quinto de primaria.

Fui varias veces a su casa. no quiero ser prejuiciosa, pero quizá por el hecho de que eran ricos su familia no era tan cálida como la de X. No quiero decir que los ricos sean fríos, pero.... no sé, la casa de X tenía un ambiente más familiar.

Siento que les estoy comparando, y no quiero, pero supongo que es instintivo. Y fue la predecesora de X, y fue X quien curó la herida de Y... supongo que comparo la cura con la enfermedad.

En cualquier caso,  también disfruté en casa de Y. Hubo hasta una fiesta, con otras chicas, en su casa, y fue muy divertido: jugar a tinieblas en un piso de más de 200 metros cuadrados supone mucho tiempo y posiblidades para esconderse.

Pero lo mejor era cuando estabamos sólas. Yo tengo un hermano, pero no hermanas, y hubo una época en que la adopté como tal. Ella me enseñó a bailar, y también me enseñó a relajarme, haciendo yoga, algo que en algunos momentos de mi vida me ha venido muy bien.

Pero del modo más tonto, nuestra amistad se fue a pique por primera vez. No fue la primera vez que nos enfadamos, pero había algo definitivo más allá de sus palabras hirientes que auguraba que aquello se acababa.

Dicho enfado ocurrió así: les enseñé un juego de cartas, a ella  y a un circulo de amigas en el que su amistad me había incluido, que se llama siete y media. ¿Sabéis de qué va? El desarrollo del juego no es importante, pero resumo diciendo que consiste en  conseguir siete y medio sumando cartas. Bueno pues ellas decidieron jugar con apuestas.  Una apuesta era bailar la macarena delante de un chico al que llamabamos Bellezón (el por qué era obvio). Yo, con mi timidez, no quise apostar, y jugamos. Perdí, y dijeron que cumpliera la apuesta en la que yo no había apostado. Me negué, y se enfadó. ¡Por qué no quise cumplir una apuesta que ni siquiera había hecho! El enfadó duró días, luego semanas, etc. el hecho de que yon la atosigara pidiendo disculpas y explicaciones no ayudó a que su mente se despejara, aunuqe yo entonces no me dí cuenta. Ella necesitaba aire, y yo no se lo dí.

Finalmente, un día hubo una excursión, y  algo que escapa a mi entendimiento la hizo querer ser amiga mía de nuevo. En un momento del día, me dijo cosas tan bonitas que casi lloré. 

Me pidieron que me quedara cuidando las mochilas, a no ser que quisiera acompañarlas no me acuerdo donde. Me dieron a elegir, pero yo quise quedarme cuidando las mochilas, y pensando. Entonces (Helena, tú te acordarás de esto)  las que son ahora mis amigas, y por entonces compañeras de curso, me dijeron que fuera con ellas, estaban jugando a las cartas. Aparte de que me quería quedar donde estaba, pensando, es que la última vez que había jugado a las cartas las cosas no habían ido bien, así dije que no.

Y eso fue motivo para que Y se enfadara, diciendo que iba de víctima, y diciendo que no podía jugar porque me habían mandado quedarme ahí. Intenté explicarle el por qué había actuado así, pero no quiso escucharme.

Ese enfado fue definitivo. De  hecho, me aseguraron que iban a hacerme el vacío el año que viene.

Cursabamos ya sexto de primaria, y el año que viene era primero. En primero de la ESO, aparte de a X, ya dije que conocí a mis amigas de ahora. Pero durante un mes no me rendí a  recuperar la amistad de Y.

Su cumpleaños estaba cerca, y se estaba pensando el invitarme. Parece que el verano había enfriado las cosas, pero aun no éramos amigas. Pero por lo visto, volví a atosigarla, y se enfadó porque no la dejaba aire. Me prohibió acercarme a más de cinco metros. Eso fue cruel. Dolió.

La escribí una carta, y dije, entre otras cosas:

Ahora tengo más amigas que tú, así que no voy a ir suplicando detrás tuyo. Pero te quiero, y quiero que seas mi amiga

Fue un mal modo de expresarme. Lo que quise decir era tengo más amigas aparte de tí. Pero lo expresé mal, y quedó como "tengo más amigas que tú". Eso no era verdad. Ella tenía muchas amigas.

En cualquier caso, eso rompió del todo nuestra amistad. A veces pienso que ella se cansó de mí, y que las escusas tontas de los enfados eran sólo eso, excusas.

En fin, si os habéis enterado de algo en medio de tanta ecuación de X e Y, sabréis que mi vida ha estado plagada de momentos buenos, seguidos de malos. Pero a la pregunta ¿Merece la pena la felicidad, si luego la siguen momentos malos, y lo que te dio la felicidad se va? Yo respondo, sí, merece la pena ser feliz.

Si algo me robara a mis amigas de ahora, no se que haría, sincermanete. Pero jamás cambiaría o borraría de mí ninguno de los momentos que he pasado con ellas.

1 comentario

Lena -

Precioso. Creo que deberías hablar con Y... porque sospecho y tengo razones para ello...que fue un malentendido por parte de las dos XDXD en fin tu lo sabrás mejor que yo...

Si que me acuerdo de lo de las cartas...me acuerdo que en esa excursión, por aquel entonces fue cuando clara,paula, lore, ana y yo empezamos a ir juntas...eramos amigas de antes desde pequeñas, pero en los últimos tiempos yo me había distanciado algo de clara y paula...y me había pegado más a lore...y había acabado de conocer a ana, que nunca había sido mi amiga hasta quinto de primaria, aunque la conocía desde los 3 años como a clara y a lore. ¿Por qué? Simplemente no conectábamos, era como si viviéramos en mundos diferentes...

En fin, que muchas veces la gente no es como esperamos...

bSS

Lena**