Blogia
diariodeadolescente

A palabras necias, oídos atentos.

Es así. Aunque no queramos. A palabras necias, oídos atentos.

Siempre oímos lo que no deberíamos oír. Y cuando tenemos que oír algo, lo oímos a medias. Es que nuestros oídos tienen muy mala idea.

Piénsalo bien. Estas con un grupo de gente a quien quieres caer bien. Te pones nervioso, y no entiendes lo que dicen. La gente te mira, y tu piensas que a lo mejor era un chiste del que debías reírte, o quizá esperan una respuesta por tu parte. Hagas lo que hagas, nunca es eso lo que esperan. Si son majos, benevolentemente te dirán que te laves los oidos. Y tú sonreirás como un tonto sin saber que decir.

Y es que los oídos tienen muy mala idea. Cuando alguien dice algo bueno de tí, seguro que no lo oyes. Pero cuando dicen algo malo, lo captas aunque estés a diez metros.  Si ya te lo digo yo: los oídos tienen muy mala leche. Por eso no me escuches: sólo leeme. a palabras necias, oídos atentos.

0 comentarios